Fluidez del champagne, pureza, elegancia…, cualidades que hablan de la riqueza del champagne y que el diseñador Laurent Vicenti ha querido plasmar en las formas contemporáneas de la nueva Aiguière Grand Siècle de Laurent-Perrier. Las curvas generosas e intemporales de la botella Grand Siècle han inspirado las líneas fluidas y minimalistas del aguamanil que se entrelazan sobre su cuello.
La nueva Aiguière Grand Siècle aporta a un toque de modernidad al arte de vivir y de recibir, tan típicamente francés, que ha alentado siempre el espíritu de Laurent-Perrier: respeto al saber-hacer de la Maison, excelencia, refinamiento y recreación en la belleza de cada uno de los gestos que acompañan al champagne.
El uso del aguamanil –término derivado del latín aquamanile, que designa un tipo de jarra destinada a contener y servir agua– ha variado en función de las épocas y los países. Presente tanto en la antigua Grecia, como en las artesanías china y musulmana, su empleo se difunde en el siglo XVII, cuando la burguesía lo adopta como pieza imprescindible de la vajilla y Vermeer lo reproduce como un objeto habitual del espacio doméstico.
Sencillo o suntuoso, realizado en cerámica, porcelana, peltre, plata o cristal, el aguamanil se convierte entonces en una pieza más de la vajilla. Algunos son auténticas joyas, como los que se conservan en el Museo Nacional del Prado y que forman parte del Tesoro del Delfín.